Las casas de Nieve. ¿Se usaban cubitos de hielo en la antigüedad? Historia del hielo antes de la invención del congelador.

¿Qué son las Casas de Nieve?

¿Se usaban cubitos de hielo en la antigüedad? Pues sí, aunque parezca mentira, la historia del hielo se remonta a tiempos muy anteriores a la invención del congelador, y es que el ser humano siempre ha sentido fascinación por este elemento, y ha sabido ingeniárselas para disfrutar de él.

La nieve y las casas de nieve se han venido utilizando desde siempre. Sin embargo, fue en el siglo XVII cuando se popularizó el comercio de hielo fabricado a partir de nieve. Se usaban unas neveras, de tipo rudimentario, y por supuesto sin electricidad, con las que se conseguía conservar el hielo durante el mayor tiempo posible.

Casas de nieve - Mallorca

Las personas que vivían del proceso de producción del hielo acudían a recoger la nieve con cestas y sacos cuando nevaba en las montañas. Posteriormente la depositaban en las neveras, que podían ser pozos cavados en el suelo o recintos de piedra muy elementales en lugares sombríos. Una vez allí prensaban la nieve con instrumentos de madera y hacían capas de diferentes grosores (de 30, 40 ó 50 cm) que separaban con helechos, hojas de haya u otros vegetales para facilitar su posterior separación. Los bloques resultantes estaban separados del suelo con estructuras de madera y no tocaban las paredes, para evitar que se derritieran. De esta forma podían aguantar todo el año.

Casas de nieve - Valencia

Historia del hielo en la antigüedad.

En el País Vasco de finales del siglo XVI ya se hablaba de la construcción de nuevas neveras para sustituir las anteriores. Eso sí, eran los nobles los únicos que podían permitirse disfrutar del frío elemento hasta el siglo XVII.

En 1595, en Mallorca, el cronista Joan Binimelis escribió: «Hay en distintos puntos de la montaña y, principalmente en la zona de Fornalutx, algunas casas en donde se recoge la nieve durante todo el invierno, para proveer la ciudad en verano y aun todo el año».

El hielo era muy apreciado, no sólo como comestible, sino también como conservante de alimentos y por su uso terapéutico. Con este producto se paraban hemorragias, se empleaba como anestésico, y en el País Vasco era muy corriente tener una botella con agua de nieve y unas gotas de aceite para tratar las quemaduras. También se consumían helados, sorbetes, refrescos y fruta helada, como melones.

Casas de nieve

En el siglo XVII el hielo comenzó a ser accesible para toda la gente. Los pueblos y las personas adineradas podían alquilar las neveras por años. El hielo se transportaba desde su lugar de almacenamiento en la montaña a depósitos más cercanos a las poblaciones e incluso a frigoríficos en casas particulares. El precio se encarecía si no había nevado y se tenía que transportar el producto desde lugares más alejados.

Casas de Nieve en España.

Aunque este tipo de fabricación y conservación de hielo empezó a desaparecer en el siglo XX con las nuevas técnicas, aún podemos ver en muchas regiones restos de esos pozos o casas de nieve. En Salem (Valencia), existe una senda en la que se pueden visitar las neveras del valle de Albaida, un recorrido para visitar a pie y en el que se ven pozos o cavas.

En el municipio de Sojuela (La Rioja) existe un sendero en el que se pueden visitar las “casas de hielo” o neveras de Moncalvillo. En la isla de Mallorca, las 42 “cases de neu” (casas de nieve), fueron declaradas bien de interés cultural en 2004. En el lujoso castillo medieval de Olite (Navarra) existe una nevera de piedra en forma de huevo para dar servicio a los Reyes de Navarra y a toda su corte.

Castillo de Olite - Nevera

Éstos son algunos ejemplos del ingenio de nuestros antepasados para conseguir refrescarse y mejorar su existencia. Ahora lo tenemos mucho más fácil, basta con ir al supermercado o al bar y decir: ¡unos Cubers!, por favor.

Leave a Reply